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Joven pensó haber sido golpeado con una piedra pero recibió una bala perdida en Brasil

Un estudiante brasileño de 21 años fue a pasar las fiestas de fin de año en la playa, donde creyó haber sido golpeado con una piedra. Cuatro días después, empezó a sentirse mal y descubrió que tenía una bala perdida incrustada en la cabeza.

Mateus Facio, un estudiante brasileño de 21 años, decidió pasar el Año Nuevo en la playa de Cabo Frío, en Río de Janeiro. En determinado momento sintió un golpe en la cabeza y pensó que le habían tirado una piedra.

Luego, manejó por más de 300 km hasta su ciudad, Juiz de Fora, en un viaje que se extiende por cerca de siete horas. El joven siguió con su vida normal hasta que cuatro días después empezó a sentirse mal y decidió acudir al hospital.

Luego de haberse hecho algunos estudios, descubrió que aquello que pensó haber sido un golpe provocado por una piedra se trataba en realidad de un disparo de una bala de 9 milímetros que ya le estaba presionando el cerebro.

“Pensé que fue una piedra o algo similar. Escuché un ruido como si fuera una explosión, solo que dentro de mi cabeza. Miré al frente y nadie entendía lo que pasaba mientras yo decía ‘Ay, ay, ay”, manifestó el joven a la TV Integração del estado brasileño de Minas Gerais.

Un médico que se encontraba entre los turistas atendió al joven y detuvo el sangrado, le puso hielo y luego Mateus siguió con sus amigos a una fiesta en una ciudad vecina.

El joven relató que el 2 de enero volvió a su ciudad sin ningún dolor. Al día siguiente, trabajó normalmente por la mañana y a la tarde viajó de vuelta a Río de Janeiro y volvió ese mismo día.

Recién el 4 de enero descubrió lo que había pasado al despertarse de su siesta. Tenía el brazo raro y la mano producía movimientos extraños; si bien sentía el movimiento de los dedos, no se animaba a agarrar nada.

Mateus realizó entonces unos estudios en un hospital privado de su ciudad y se encontró la bala en su cabeza. El joven tuvo que ser operado y se quedó dos días con tratamientos intensivos y un día más de reposo.

“Existía preocupación con sangrado, pérdida de líquido cerebral, meningitis y hasta muerte. Gracias a Dios, todo se resolvió de un modo gratificante. Los médicos y enfermeros que trataron a Mateus no podían creer que una persona podía pasar cuatro días con una bala en la cabeza y no sentir nada; es inexplicable. Nació de nuevo. Podemos celebrar dos veces su nacimiento”, expresó la madre del joven, Luciana Facio, al medio brasileño.

El proyectil que fue retirado de la cabeza del estudiante fue encaminado a la Policía Civil de Cabo Frío, que realizará una investigación para determinar de dónde salió la bala y quién efectuó el disparo. Según la Policía Militar, ese día no se registraron tiroteos en la zona de la playa.

Fuente: Última Hora

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