Cerro Porteño logró su quinta victoria consecutiva en la Copa Libertadores 2025. Si bien este miércoles ante Bolívar disputó la primera fecha del Grupo G, el Azulgrana viene desde la segunda fase. Antes derrotó a Monagas (4-0 y 3-1) y Melgar (1-0 y 4-2).
El triunfo frente a Bolívar fue por 4-2. Y eso que no la tuvo fácil. El conjunto boliviano fue el que rompió el cero, y con un golazo en el minuto 16. La defensa azulgrana despejó a medias un balón que luego ya no volvió a tocar el césped: en el aire, Ramiro Vaca dibujó una tijera magistral. La pelota se clavó en el ángulo superior izquierdo del arquero Roberto Junior Fernández.
Los dirigidos por Diego Martínez lo empataron sobre el final del primer tiempo, en el segundo minuto de los 2 que añadió el árbitro. El autor del tanto: Jonatan Torres. Desenvainó un derechazo desde el borde el área, ya en la medialuna. El esférico se metió hacia el palo derecho del portero Federico Lanzillota.
Cerro Porteño entró con todo en la etapa complementaria y fue ampliamente superior. Al minuto de juego, Torres anotó su doblete. Atropelló un centro rasante que Robert Piris da Motta envió desde la derecha. Pocos después, a los 60′, Torres firmó su hat-trick. Gabriel Aguayo manejó un gran contragolpe y, con mucho espacio dentro del área, mandó un centro corto. El Bocón cabeceó con mucha libertad.
A esas alturas, Cerro Porteño hacía lo que quería. El 4-1 llegó al minuto 71. Guillermo Benítez lanzó desde la izquierda un centro que Gustavo Velázquez bajó de cabeza desde la otra banda. Jorge Morel completó con un toque de zurda en el segundo palo. Floja respuesta de Lanzillota, que terminó empujando contra su valla.
Cuando ya se iba el partido, a los 83′, el árbitro Alexis Herrera expulsó -vía VAR- a Bruno Sávio por un fortísimo pisotón sobre la pierna de Piris da Motta.
El descuento de Bolívar se produjo en el minuto 89 mediante un tiro libre de Vaca. Le pegó casi desde tres cuartos de cancha. El cuero se incrustó en el ángulo superior derecho de Fernández. Fue lo último.
Una victoria que sirve como envión para encarar lo que sigue. Antes del 1-1 transitorio, la tensión en la Nueva Olla se podía cortar con una navaja. Ese momento ya quedó en el pasado.
Fuente: El Nacional