Previo a Nochebuena, Mons. Adalberto habló de la necesidad de fortalecer las leyes contra la corrupción y de someter las decisiones que manejan recursos públicos a un control de transparencia permanente.
¡Feliz Navidad!, En previa a las celebraciones, el cardenal Adalberto Martínez Flores, arzobispo metropolitano de Asunción, entregó un mensaje urgente sobre los desafíos que enfrenta Paraguay. Destacó la importancia de mantener la esperanza frente a tiempos difíciles señalando la necesidad de reaccionar ante la corrupción, la impunidad y la falta de límites éticos en las instituciones. ‘‘No nos dejemos robar la esperanza ni la capacidad de reacción ante la corrupción e impunidad’’.
Haciendo referencia a la figura de San José, instó a escuchar la voz de Dios y trabajar activamente para cumplir su voluntad frente al nacimiento del Niño. ‘‘No podemos dejar de escuchar el clamor y la indignación de nuestro pueblo ante tantos ‘Herodes’ que traman planes de muerte, destruyen y desfiguran el rostro del hombre y de la mujer’’.
Enfatizó que la corrupción, manifestada en diversas formas como el abuso de poder, el delito de tráfico de influencias, la compra de conciencias y voluntades por medio de prebendas y el malgasto de recursos públicos, constituyen ‘‘gravísimo pecado’’ contra Dios y el prójimo.
‘‘En vez de cercenar las leyes que promueven y protegen la lucha contra la corrupción y los corruptos, es necesario fortalecerlas (generando más bien leyes menos complacientes), cumplirlas y hacerlas cumplir. Las decisiones de los que manejan recursos públicos deben estar expuestas a todos los mecanismos de control, con total transparencia. Lo público, debe hacerse público’’.
Expresó su preocupación por la inequidad social, el desempleo, la migración forzosa, el hambre de miles de paraguayos, la desnutrición infantil, atribuyéndolos a la primacía de intereses particulares o de sectores de poder económico y político sobre el bien común. También el desplazamiento forzado de sus propias tierras a los pueblos indígenas, la falta de acceso a la tierra propia, al techo, a la educación y salud de calidad e integral, la drogodependencia, la agresión y destrucción del medio ambiente son consecuencias de estos intereses particulares.
Urgencia de paz social. El arzobispo llamó a cristianos y a personas de buena voluntad a la acción y no descansar hasta que en nuestro país tenga plena vigencia el Estado Social de Derecho garantía para la justicia social. ‘‘Esta es una exigencia de nuestra fe cristiana y de la conciencia ciudadana. Y es condición necesaria para la construcción de la paz social y para el desarrollo humano integral’’.
En este sentido, destacó la importancia de la actuación ejemplar de justicia, de una sana y perseverante presión ciudadana ante la descomposición moral y la falta de referencias éticas en las decisiones políticas. Pidió colaboración entre sectores sociales para reconstruir el tejido social y moral del país.
Haciendo un paralelo con la profecía de Isaías, expresó su compromiso de no descansar hasta ver la justicia y la salvación en Paraguay.
Finalmente, en sintonía con el mensaje del papa Francisco, el Cardenal exhortó a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a ser custodios de la creación, del medio ambiente y protectores del prójimo, instando a evitar caminos de destrucción y muerte. cuidar de uno mismo del odio, recordando que la envidia, la soberbia, la difamación ensucian la vida.
No podemos dejar de escuchar el clamor y la indignación de nuestro pueblo ante tantos ‘Herodes’. Mons. Adalberto Martínez, cardenal.
Fuente: Última Hora