A partir de este 30 de diciembre, las tobilleras electrónicas están disponibles para los casos que reúnan los requisitos a criterio de los jueces. El proceso comenzará como una prueba piloto.
El dispositivo tiene una batería que dura 48 horas, resiste al polvo y al agua, es decir, el portador se puede (y debe) bañar con la tobillera puesta. Cargar el equipo lleva unas dos a tres horas, tiempo en el cual, el beneficiado debe permanecer arrimado a la pared.
QUÉ PASA SI EL PORTADOR NO CARGA LA BATERÍA Y DEJA QUE SE AGOTE
El monitoreo muestra en un mapa cada dispositivo. Todos están señalizados con una luz verde. Cuando la batería está por la mitad o a un nivel inferior, la luz cambia a naranja y el controlador se comunica con el procesado para indicarle que debe cargar la batería.
QUÉ PASA SI NO RECARGA
Si pese a la advertencia, el portador se niega a cargar, desde el 911 pueden enviar a un Lince o a una patrullera que le llevará un atento mensaje: “Señor, tiene que conectarse, si no, le informo al juez que usted ha perdido este beneficio por la violación de la medida”. Si el portador comienza a cargar, la luz volverá al color verde.
La tobillera incluye un teléfono celular para la víctima y es de uso exclusivo para la comunicación con la Policía, a fin de que, en caso de detectar que el agresor se está aproximando o incumpliendo su medida, la persona en peligro reciba una llamada de advertencia.
El costo de las tobilleras es de G. 2.050.000, pero, en caso de declararse insolvente, el juez puede determinar que el Estado asuma la carga. En una primera etapa se prevén 1.000 tobilleras, que estarán disponibles de manera gradual, estimativamente para mediados de año en su totalidad.
Fuente: Diario Hoy