El París Saint-Germain dio un gran paso para clasificarse para los cuartos de final de la Liga de Campeones tres años después, tras derrotar en su estadio 2-0 a la Real Sociedad, que puso contra las cuerdas a los franceses pero careció de pólvora ofensiva ante un rival que disparó a matar.
Si el dominio y las ocasiones estuvieron del lado de los donostiarras, la eficiencia del PSG, dirigido por Kylian Mbappé y secundado por Bradley Bracola, acabaron por desarbolar el orden del equipo de Imanol Alguacil, obligado a la gesta en Anoeta.
No fue un resultado merecido por lo visto en el terreno de juego, pero la Real firmó un quinto duelo consecutivo sin marcar y pagó cara esa candidez en el área.
El conjunto de Luis Enrique se llevó una cura de humildad en el juego, pero demostró que con pocas ocasiones es capaz de sacar adelante partidos que se le atragantan.
El primer gol parisino llegó de la forma más inesperada en el minuto 58. En un equipo construido para el fútbol dinámico, Mbappé marcó en una jugada a balón parado, uno de los puntos fuertes de la Real, un saque de esquina que peinó Marquinhos para dejar solo al máximo anotador de la historia del PSG que fusiló a Remiro.
El cuarto tanto del delantero francés en esta edición de la Liga de Campeones desestabilizó a la Real Sociedad.
Se vino arriba el Parque de los Príncipes y también el PSG, que respondió a las órdenes de Luis Enrique desde la banda, que llamó a la carga para profundizar en la herida y que pudo agrandarla en el 64 con un potente disparo que Remiro desvió lo justo para desviarlo al larguero.
El castigo llegó seis más tarde en una internada por la izquierda de Barcola que la defensa “txuri urdin” no acierta a parar y que le permitió lograr el segundo para su equipo.
Se serenaron los franceses y les faltó aliento a los donostiarras, que aunque lo intentaron no espantaron el fantasma que les niega el gol. Pacheco la mandó alta en el 88 y ya no hubo tiempo para marcar el tanto que les allanara el partido en la vuelta.
Fuente: EFE