Una mujer de 74 años fue interceptada por motochorros a tres cuadras de su casa en Luque. Fue golpeada y despojada de sus pertenencias camino a misa.
Una maestra jubilada de 74 años fue víctima de un violento asalto perpetrado por motochorros en la ciudad de Luque, mientras se dirigía a la misa dominical. El hecho ocurrió cerca de las 08:00, a tres cuadras de su casa y de la capilla, donde fue sorprendida por dos desconocidos en motocicleta.
Uno de los atacantes descendió del vehículo y la persiguió para golpearla directamente, con el objetivo de despojarla de sus pertenencias. La víctima quedó con lesiones visibles y en estado de shock tras el ataque ocurrido a plena luz del día, en una zona residencial.
El caso se suma a una creciente ola de hechos similares registrados en distintos puntos del país, donde adultos mayores son atacados con violencia desmedida por delincuentes motorizados que operan con impunidad. Los barrios de Luque no han sido ajenos a esta tendencia en aumento.
La víctima fue identificada como Antonia Piris da Motta, quien expresó su indignación por el nivel de inseguridad que se vive en Paraguay. Tras el ataque, vinculó la falta de políticas de seguridad con el crecimiento del consumo de drogas y la descomposición institucional.
Según relató, estos episodios son consecuencia de un contexto social deteriorado, en el que la juventud se encuentra expuesta a las drogas y la criminalidad. Reprochó la falta de respuesta por parte de las autoridades y cuestionó el rol del Congreso ante la problemática.
La mujer apuntó que el crimen organizado requiere consumidores y complicidad política, denunciando que las estructuras del narcotráfico y el contrabando encuentran resguardo en el propio sistema institucional del país. Reclamó una reacción ciudadana ante lo que considera un abandono del pueblo.
El hecho fue denunciado ante la comisaría local, pero hasta el momento no se reportan detenidos. Las cámaras de vigilancia de la zona están siendo analizadas para intentar identificar a los autores del ataque, que huyeron sin dejar rastros.
Este caso reabre el debate sobre la seguridad ciudadana y la exposición de grupos vulnerables ante delitos cada vez más frecuentes. Las víctimas exigen políticas efectivas que prioricen la prevención y combatan el vínculo entre delincuencia, adicciones y corrupción.
Fuente: RDN