A año del operativo Veneratio en la cárcel de Tacumbú, el presidente Santiago Peña resaltó el procedimiento policial-militar que se desplegó para recuperar el control de la penitenciaría tomada por el Clan Rotela.
El presidente Santiago Peña se trasladó, durante la mañana de este miércoles, hasta la Penitenciaría Nacional de Tacumbú a un año del operativo Veneratio, que tuvo como objetivo recuperar el control total de cárcel que estaba bajo el control del Clan Rotela.
También en esta jornada se presentó el plan de seguridad y mejoras edilicias realizado en el penal, el egreso de nuevos agentes penitenciarios y armeros.
La actividad se realizó en la explanada de Tacumbú, donde Peña resaltó todos los logros del operativo y recordó a Martín Mendoza, personal de la Unidad de Operaciones Tácticas Motorizadas Lince, que perdió la vida en medio del procedimiento.
“Quiero agradecer a cada uno de los paraguayos que se ha unido en esta causa, pero, lastimosamente, lamentamos la pérdida de Martín Mendoza, un joven que estaba lleno de sueños, pero que estaba convencido de la lucha que llevamos adelante”, expresó.
Apuntó que las cárceles deben de ser centros de reinserción y “no un depósito humano”.
“Que estas instituciones sean centros de reinserción. Lo que teníamos acá (en Tacumbú) era un depósito humano, no era un penitenciaría, y esto debe interpelarnos a todos los paraguayos”, aseveró.
Reconoció que aquellos que terminan en las cárceles tras cometer un delito “fueron personas que crecieron en entornos que no eran los ideales y que el sistema no les dio la oportunidad de realizarse como personas”.
Igualmente, recordó que en Netflix le dedicaron un capítulo entero a Tacumbú en la serie documental Las cárceles más duras del mundo.
“La cárcel de Tacumbú, citada como una de las 10 cárceles más peligrosas del mundo, parecería ser que nuestro gobierno iba a tener que enfrentar lo mismo de siempre”, prosiguió.
Dijo que aquel 18 de diciembre del 2023, cuando comenzó todo el procedimiento, “fue el día más duro de su presidencia”.
“No les voy a mentir, yo solo le tengo miedo a Dios y me arrodillo ante Dios, le pido fortaleza y sabiduría. Ese día dije que podría haber sido mi último día como presidente de la República”, aseveró.
En otro momento, reconoció que “el camino es largo” y que están “lejos de sentir que esto está solucionado”, dentro del sistema penitenciario.
Siguiendo con su mensaje, Peña afirmó que su objetivo es tener procesos más rápidos para todos los que están privados de su libertad, pero no tienen una condena.
Cerca de 1.100 militares y 1.218 policías realizaron la incursión dentro del penal, quienes iban pabellón por pabellón para recuperar el control.
Fueron trasladados unos 700 presos a otras penitenciarías del país; entre ellos, el líder del peligroso grupo, Armando Javier Rotela, quien pudo ser “atrapado” dentro del penal en medio de un enfrentamiento que dejó 12 fallecidos y al menos 40 heridos, entre reclusos y agentes policiales.
Fuente: Última Hora