La entrega de merienda escolar en la Escuela y Colegio Cerro Corá de Pedro Juan Caballero generó controversia luego de que el consorcio Fortaleza, representado por Blanca Nieves Rodríguez Braun, enviara 40 cajas de bananas a pocos días de la culminación del año lectivo. El hecho despertó sospechas, ya que además de la cantidad de bananas, había una considerable cantidad de leche, galletitas y cereales almacenados en el depósito de la institución.
El director de la institución, licenciado Juan Carlos Pedra, admitió que la entrega incluyó un volumen inusualmente alto de alimentos, argumentando que estos fueron enviados para compensar faltantes acumulados en semanas anteriores. Reclamó además sobre la calidad de las bananas que inicialmente parecían verdes.
Sin embargo, al día siguiente, gran parte de las bananas estaban en un estado avanzado de maduración e incluso debieron ser separadas para evitar su distribución a los estudiantes. Pedra mencionó que consultará a la supervisión educativa para buscar una solución.
La institución habitualmente recibe 26 cajas de bananas por semana, pero esta vez les entregaron 40 para cubrir faltantes acumulados. Esta misma lógica se aplicó a los demás productos, dijo el director.
Por su parte, los empleados de la empresa dijeron que el propio director había solicitado que algunas cajas de bananas siguieran en el depósito de la empresa, argumentando que aún tenían en stock y que las bananas requieren refrigeración, una infraestructura de la que carece la institución.
Según el director, la cantidad excedente podría ser distribuida a los padres el último día de clases o reservada para el inicio del próximo año lectivo, ya que los productos tienen fecha de vencimiento en abril de 2025.
No obstante, la situación generó inquietud entre algunos sectores de la comunidad educativa, que cuestionan si realmente los alimentos estaban siendo distribuidos regularmente a los estudiantes durante el año lectivo.
La acumulación de productos en el depósito a tan poco tiempo de finalizar las clases ha llevado a especulaciones sobre un posible manejo irregular de la merienda escolar, con sospechas de que podrían haber existido intenciones de comercializarlos de forma indebida.
Dudas sobre la gestión y supervisión
La versión del director de que la entrega de alimentos fue a destiempo, fue desmentida por la firma proveedora, que asegura haber entregado en tiempo y forma todos los alimentos y que tiene los documentos que respaldan la entrega, así como lo establece el pliego de bases y condiciones. La acumulación en el depósito sin una justificación clara ya escapa a la responsabilidad de la empresa.
Si bien el director afirmó que los productos fueron entregados para suplir retrasos anteriores, la gran cantidad almacenada plantea dudas sobre si los alimentos realmente estaban siendo distribuidos de forma regular a los alumnos, como corresponde.
Además, la decisión de “guardar” alimentos para el próximo año lectivo es cuestionable, ya que contradice la lógica de que la merienda escolar debe ser consumida en el período correspondiente.
Este tipo de acumulaciones no solo generan desperdicio, sino que también abren la puerta a manejos indebidos, poniendo en riesgo la credibilidad del sistema de provisión de alimentos escolares, agregaron.
Llamado a mayor control
El caso resalta la necesidad de un control más estricto por parte de las autoridades educativas y los organismos de supervisión. La comunidad exige respuestas claras sobre el destino de los alimentos no consumidos y un compromiso para garantizar que la merienda escolar sea utilizada exclusivamente para el beneficio de los estudiantes, evitando cualquier práctica que pueda desviar su propósito.
Fuente: ABC Color