Según la mujer, el animal hacía las mismas cosas que hacía su difunto marido cuando estaba con vida.
Khim Hang, una mujer de 76 años oriunda de Camboya, quedó viuda y se limitó a seguir su vida en la provincia de Kratie. Sin embargo, todo cambió cuando descubrió las extrañas similitudes que tenía una vaca con su difunto esposo.
Luego de poner a prueba al animal, creyó con firmeza que se trataba de la reencarnación de su marido, que había partido un año antes. Por esta razón, decidió casarse con el vacuno y lo invitó a vivir a su casa como si fueran una familia.
De acuerdo a lo informado por el medio británico The Sun, en el primer encuentro que tuvo con la vaca, Hang aseguró que le lamió el pelo y el cuello. Luego le dio un beso y la siguió escaleras arriba. “Me besó como él lo hacía”, confesó refiriéndose a su esposo.
“Creo que el ternero es mi marido porque todo lo que hace es exactamente de la misma manera que lo hacía mi marido cuando estaba vivo”, explicó Khim a Reuters. De acuerdo al testimonio de los vecinos, ella y el animal duermen en la misma cama y ella se encarga de que tenga una vida con todas las comodidades.
Sin embargo, ella no es la única que cree que el bovino sea una reencarnación. Su hijo aseguró que podía “sentir el espíritu de su padre dentro del animal” y se ocupa de que siempre se mantenga cerca de la casa.
Además, la mujer le prohibió a sus hijos que vendan o maltraten a la vaca, ya que deben cuidar a su “padre” hasta que fallezca. Incluso, ordenó que, cuando llegue el momento, el vacuno sea tratado con respeto en su lecho de muerte y que tenga un funeral tradicional como cualquier ser humano.
Según The Sun, Hang no fue la única que se casó con un animal, ya que, de acuerdo a informes, un joven fue obligado a casarse con una ternera en un pueblo costero de Indonesia.
Por otro lado, en Londres, una mujer croata se casó con su perro en 2021 en una ceremonia a la cual asistieron más de 200 personas. A pesar de que la boda fue real, no tiene sustento legal.
Sobre la propuesta, ella explicó: “Sheba había estado en mi vida durante años, haciéndome reír y consolándome cuando me sentía deprimida. No podía pensar en nada más que necesitaría de un compañero de vida. Me arrodillé y le propuse matrimonio y por el movimiento de su cola me di cuenta de que dijo ‘sí’”.
Fuente: The Sun