Se cumplen 49 años de la Pascua Dolorosa, un episodio histórico que marcó una brutal represión de la dictadura de Alfredo Stroessner en 1976 y terminó con torturas, violaciones y el asesinato de dirigentes campesinos de las Ligas Agrarias.
El periodista Alcibíades González Delvalle, en conversación con Radio Monumental 1080 AM, especifica que la Pascua Dolorosa es relativamente más fácil de explicar desde la perspectiva de la dictadura.
“Las Ligas Agrarias buscaban un mejor bienestar y crearon, por ejemplo, las escuelitas y cooperativas de consumo. Estas cooperativas rápidamente comenzaron a ser el motivo de la represión, porque las cooperativas vendían a un precio menor que los almaceneros y comenzaron a denunciar a los campesinos por comunistas”, según detalla Alcibiades.
Asimismo, aclara que en las denuncias se decía que lo que buscaban los campesinos era perjudicar a los comerciantes, al Gobierno por sobre todo y eso empezó a llamar la atención de la dictadura y comenzó a investigarse, encontrando que la cooperativa era un problema para ellos, como también los actos comunitarios para la autoayuda, donde utilizaban los elementos de trabajo que compartían y levantaban viviendas para sus socios y eso es lo que llamó la atención.
“Las organizaciones se fueron fortaleciendo y se extendían por diferentes ciudades, Misiones, Caaguazú, Alto Paraná y en eso, se dio la famosa OPM (Organización Político Militar), unos jóvenes que soñaban con un país mejor y jugaban a los revolucionarios. No tenían nada para enfrentarle a la dictadura y en sus documentos aparecían algunos líderes de las Ligas Agrarias y fue el pretexto del stronismo para esa represión feroz de las ligas en Misiones, que después se extenderían a otras localidades como Acaraymí y Jejuí, que han sido los hechos más relevantes de represión en la dictadura”, recalca.
A su vez, menciona que no se sabía nada, no se podía publicar absolutamente nada, y que él se enteró mientras ocurría, porque con anterioridad, con mucho de estos dirigentes, trabajaba informando sobre las cosas que hacían.
“Cuando vino la represión, vino la orden del Ejército Mayor de no publicar absolutamente nada de lo que estaba sucediendo. Después de la caída de la dictadura recién fueron saliendo los testimonios, entrevistas con familiares”, explica, dimensionando el nivel de secretismo y censura.
Alcibíades remarca que hizo una serie de reportajes y después se dio cuenta que los reportajes eran insuficientes, eran tan escandalosas las cosas que parecían increíbles y que era más fácil creerlas desde la ficción, y es así que hizo la novela “Un viento negro”, basado en los hechos que hasta entonces eran desconocidos por la opinión pública.
“Comenzaron a salir barbaridades que cometían los agentes de investigaciones, los torturadores, encabezados por el famoso Camilo Sapriza, que tenían su sede en Abraham Cué, un edificio que sirvió para (la sede de) la Gobernación y en ese sitio se convocaba a los sospechosos de ser de las Ligas Agrarias, y también de pertenecer a la OPM”, recapitula.
En ese sentido, recuerda que el dirigente Silvano Flores fue degollado frente a sus hijos menores y su esposa.
Menciona también al famoso alcalde de Santa Rosa, conocido como el comisario Tomás Salinas, alias “Mandi’oro”, quien contaba con autorización y carta blanca de la dictadura para hacer lo que quisiese.
“Hubo saqueos, violaciones y asesinatos. Los gritos que escuchaban los vecinos de Abraham Cué (revelaban que) sabían lo que pasaba, y no podían ir a denunciar a nadie”, revela.
Sobre la implicancia de la Iglesia Católica, debido al nombre de Ligas Agrarias Cristianas, puntualiza que muchos sacerdotes colaboraron con las Ligas Agrarias, como el monseñor Bogarín Argaña y después algunos españoles que colaboraban, jesuitas y también franciscanos, que trataban de ayudar a la gente de liberarse de esa situación espantosa de la que siguen sufriendo hasta hoy, como la falta de tierras, la falta de educación y hasta de la necesidad de vender sus productos.
“Es la ‘comunidad’ lo que a la dictadura le llamó la atención. No se sabe la cantidad de víctimas, desaparecidos, torturados, maridos y esposas, y otras zonas donde gobernaba (el comisario) Tomás Salinas. Camilo Almada Morel fue uno de los más salvajes. Tenía esta característica de cuando iba a torturar, porque siempre iba bien vestido. Iba sacándose la corbata y quedaba en short, e incluso, besaba la cruz cuando iba a empezar a trabajar”, recalca.
Finalmente, analiza que ese acto de beso a la cruz representa el convencimiento de que ellos estaban salvando al país de los comunistas, de los bárbaros, de los terroristas, y estaban convencidos de eso.
“La Pascua Dolorosa”, en Misiones
La represión contra los campesinos de las Ligas Agrarias de Misiones fue conocida particularmente como “La Pascua Dolorosa”, debido a que ocurrió en días de la Semana Santa.
El comisario Camilo Almada Morel, alias Sapriza, uno de los más célebres torturadores del stronismo, se encargó de la cacería humana en la región, habilitando como campo de concentración la cárcel de Abraham Cué, en San Juan Bautista de las Misiones, hasta donde fueron llevados centenares de campesinos que habitaban compañías y pueblos vecinos.
Nueve campesinos fueron ejecutados y muchísimos traídos en camiones a Asunción.
Fuente: Última Hora